APUNTES: Expansión de Roma

LA EXPANSIÓN DE ROMA
Durante el siglo V a.C., Roma no es más que la principal ciudad de la Liga Latina, una federación de ciudades del Lacio cuya principal finalidad, aparte de los vínculos lingüísticos, religiosos y culturales, era la defensa mutua frente a invasiones de otros pueblos itálicos.
I. LA CONQUISTA DE ITALIA (ss. IV-III a.C.).
La expansión romana comienza con la conquista de la vecina etrusca situada al norte del Tíber, Veyes, destruida en 396 a.C. después de una guerra de diez años. Sin embargo, Roma sigue siendo una pequeña ciudad que sufre el saqueo e incendio por parte de una banda de galos en el año 387 a.C. La verdadera expansión vendría a raiz de las guerras samnitas. Los samnitas eran un pueblo itálico de montañeses que saqueaban a las ciudades griegas y etruscas de la Campania. En el año 343 a.C., la ciudad etrusca de Capua firmó un tratado de ayuda mutua con Roma. Los samnitas declararon la guerra a Roma pero no consiguieron arrebatarle Capua. En el año 326 a.C. es la ciudad griega de Nápoles la que solicita ayuda romana para frenar a los samnitas. La 2ª guerra samnita comenzó con una derrota romana en el desfiladero de las Horcas Caudinas, lo que hizo que los etruscos se aliaran con los samnitas contra Roma. Sin embargo, después de 22 años de guerra, la ciudad latina derrota primero a los etruscos, arrebatándole parte de su territorio, y luego a las samnitas, ocupando su capital y obligándoles a pedir la paz. Las ciudades griegas de Campania quedan incorporadas al Estado romano mediante alianzas. Finalmente, en 298 a.C. comienza la 3ª guerra samnita, en la que se produce una gran coalición contra Roma de samnitas, etruscos, sabinos, lucanos, umbros y galos. Roma vence a todos sus enemigos y ocupa toda Italia excepto el Valle del Po, en el norte, y algunas ciudades griegas del sur. Algunas tierras son confiscadas e incorporadas al territorio público romano, pero la mayor parte de las ciudades samnitas y etruscas mantienen su autonomía, aunque obligadas a partir de ahora a proporcionar tropas a los romanos como aliados forzosos.
Cuando el Rey Pirro de Epiro, reino del norte de Grecia, invada Italia al aliarse con una de las pocas ciudades griegas que aún mantenía su independencia, Tarento, los samnitas y los lucanos traicionan su alianza con Roma y junto a los griegos la derrotan en la Batalla de Ausculum (279 a.C.). Pero el desaprovechamiento de esta victoria pírrica permitió a Roma firmar una alianza con Cartago y la combinación de la flota cartaginesa con la infantería romana supuso la derrota de Pirro. Tarento y el resto de ciudades griegas del sur de Italia se incorporan a Roma mientras Cartago expande su dominio sobre Sicilia, al que tan sólo escapa la ciudad de Siracusa, en el sur de la isla.
Precisamente fue Sicilia la causa de la 1ª guerra púnica (264-241 a.C.). Un ejército de mercenarios itálicos se rebela contra Siracusa y pide ayuda a Roma, que no duda en desembarcar en la isla. Cartago declara la guerra a Roma y después de veintitres años de guerra es derrotada. Roma ocupa Sicilia, Cerdeña y Córcega. Poco después conquista Milán a los galos (222 a.C.). Toda Italia queda ya bajo el poder de la República romana.
II. LA CONQUISTA DEL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL (ss. III-II a.C.).
Cartago intentó reponerse de la pérdida de las islas invadiendo la Península Ibérica. Los generales cartagineses Amílcar Barca y su hijo Aníbal ocuparon la Turdetania (antiguo Tartessos) y la costa mediterránea hasta el cabo de Palos, frente a la isla cartaginesa de Ibiza. En la costa ibérica fundaron una nueva Cartago, la actual Cartagena. En el año 221 a.C., Roma firma un tratado con la ciudad ibérica de Sagunto, amenazada por los cartagineses. Aníbal conquista la ciudad en 218 a.C. y, tras la declaración de guerra romana, invade Italia tras cruzar los Pirineos y los Alpes con un enorme ejército de mercenarios ibéricos y galos, reforzado con elefantes africanos. Aníbal vence a los romanos en el norte de Italia (218 a.C.), en el centro (217 a.C.) y en el sur (216 a.C.), pero no llega a tomar la ciudad, sino que se dedica durante 12 años a conquistar el sur de Italia. Sin embargo, los romanos obtuvieron mejores resultados en Hispania. Los hermanos Publio y Cneo Cornelio Escipión desembarcaron en Tarraco y derrotaron a Asdrúbal, hermano de Aníbal, en el Ebro (217 a.C.), rompiendo así las comunicaciones territoriales entre Aníbal y el Imperio cartaginés. En 209 a.C. Escipión el Africano conquistó Cartagena y en 206 a.C. en la Batalla de Ilipa (Alcalá del Guadaira), expulsó a los cartagineses de Hispania. Cádiz firmó un tratado de alianza con Roma. Desde aquí, Escipión invadió África, llegando a las puertas de Cartago en 203 a.C. Aníbal abandonó entonces Italia y cruzó con sus tropas hacia África, pero fue derrotado por Escipión en Zama (202 a.C.). Como consecuencia de la 2ª guerra púnica, Roma extendió sus dominios por todo el Mediterráneo Occidental desde el sur de Italia hasta Cádiz. La penetración hacia el interior de la Península Ibérica se realizaría lentamente a lo largo de todo el siglo II a.C.
La 3ª guerra púnica (149-146 a.C.) supondría la destrucción de Cartago y la incorporación de su territorio al Imperio Romano como provincia de África.
III. LA CONQUISTA DEL MEDITERRÁNEO ORIENTAL (ss. II-I a.C.)
La intromisión de Roma en el mundo helenístico se producirá a raíz de las ambiciones de Filipo V de Macedonia, que aprovechó la invasión de Italia por parte de Aníbal para conquistar una serie de ciudades griegas situadas en la actual Albania, aliadas de los romanos. Entonces Roma tenía otros asuntos más urgentes pero en el año 200 a.C., derrotada Cartago, acudió en ayuda del Rey Eumenes de Pérgamo que sufría la expansión de Macedonia. Esta 2ª guerra macedónica terminó con la retirada de Filipo V de las ciudades que había conquistado, con la consolidación de la presencia romana en la actual Albania y con la solemne proclamación por parte del vencedor, el cónsul Flaminio, de la libertad de Grecia en los juegos ítsmicos de Corinto del 196 a.C. Sin embargo, esta generosa actitud romana cambiaría en 171 a.C., cuando la acusación de Pérgamo contra Macedonia es utilizada por los romanos como excusa para declarar la 3ª guerra macedónica, que terminaría con la incorporación del reino del norte de Grecia a Roma como provincia en 168 a.C. En 146 a.C. los romanos destruyen Corinto e incorporan toda Grecia a su imperio.
En 133 a.C., el último rey de Pérgamo deja en herencia su reino al pueblo romano, convirtiéndose en la provincia de Asia (noroeste de la actual Turquía). Comienza así el contacto de Roma con Oriente. Un ambicioso rey del nordeste de Turquía, Mitrídates del Ponto, invade el Asia romana en el año 88 a.C., proclamándose libertador de los griegos. Se produce la matanza de 80.000 itálicos que vivían en la provincia. Aunque es derrotado por Sila en el año 84 a.C., volverá a intentarlo una y otra vez hasta su derrota definitiva frente a Pompeyo en el 64 a.C., que conquistó toda la península anatólica (actual Turquía), así como Siria y Judea.
IV. LAS ÚLTIMAS CONQUISTAS DEL PERÍODO REPUBLICANO (2ª mitad del s. I a.C.)
Pompeyo era el gran general de Roma en el año 60 a.C., pero decidió compartir su poder, al margen de la legalidad republicana, con Craso y César, firmando el primer triunvirato. Cayo Julio César aprovechó sus primeros años para llevara a cabo la conquista de las Galias (58-51 a.C.). Cuando Pompeyo intenta desahacerse de él en el año 49 a.C., estalla la guerra civil, que gana César, convirtiéndose en dictador vitalicio en el 45 a.C. El asesinato de César supuso otra guerra civil de la que saldría vencedor su hijo adoptivo, Octavio, que derrotó a su rival, Marco Antonio, conquistando el reino de su amante, la última faraona de Egipto, Cleopatra, en el año 30 a.C. Tras la anexión pacífica del reino de Mauritania en el año 23 a.C., el Mediterráneo se convirtió en el Mare Nostrum de los romanos. Finalmente, con la derrota de cántabros y astures en el norte de la Península Ibérica el año 19 a.C., Octavio Augusto proclama la Pax Romana.
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